miércoles, 22 de mayo de 2013

Llegó la mascota



Un nuevo miembro del hogar con necesidades especiales comienza a olisquear todos los espacios… ¿qué hacemos?
Dependerá de si es un cachorro o un animal adulto, aunque aquí hablaremos de lo que es común a ambos. Si es un cachorro, debemos recordar que aunque estamos felices y queremos que el cachorro interactúe con nosotros, lleno de felicidad, debemos recordar que acaba de ser separado de su mamá y de sus hermanitos y está sometido a todo un universo nuevo: nuevos humanos, nuevos olores, nuevas cobijas, nuevos platicos y juguetes, eso significa que hay que tener paciencia y darle amor sin fatigarlo. Esto es igual si el animal es adulto; aunque no acaba de ser separado de su mamá, si dejó atrás su mundo, tal como lo conocía. Necesita conocer todo ese nuevo mundo que de ahora en adelante será su hogar. Dejémoslo que investigue, mostremos amorosamente con sus periódicos dónde será su “baño”, dónde quedará su comedero y su dormitorio. Permitamos sólo aquello que luego será aprobado por todos. Por ejemplo, si no estamos dispuestos a que la mascota duerma en la cama de los niños, no le permitamos subirse, tampoco la subamos nosotros. Luego, no sabrá discriminar ni comprenderá porqué sí puede subirse a la cama en unos momentos y no en otros; igual pasa con el sofá o con otras áreas restringidas en la casa.

Démosle todo el amor del mundo sin que ello elimine los límites. Un “NO” frente a una conducta inadecuada será suficiente; no es necesario pegarles a las mascotas ni someterlas a ningún tipo de maltrato. Si nuestros niños necesitan un tiempo para controlar los esfínteres y aprender a ir al baño, nuestras mascotas también necesitan un tiempo y ese tiempo no es predeterminado por nadie. Somos nosotros, los tutores de las mascotas, quienes debemos enseñar y tener paciencia.
Con las comidas sucede igual. Ofrezcámosle las comidas que serán su alimento siempre. Si no queremos que el animal aprenda a “velar” nuestra comida (pedirla), no le demos alimentos mientras nosotros comemos; comamos primero y en otro lugar, más tarde, pongamos la comida a la mascota, pronto sabrá que no debe “pedir” sino esperar su alimento. Una vez que su alimento esté servido, esperemos un rato y luego retirémoslo. No es lo mejor dejar el alimento todo el día, sin embargo, sí tenerle su agua fresca a disposición todo el tiempo.
Si le damos sus juguetes y estimulamos los juegos con ellos no tomará los objetos prohibidos; sin embargo, si los toma, nuevamente un NO contundente, sin gritar, le enseñará los límites.
De más está decir que la mascota deberá tener sus vacunas y ser desparasitada regularmente, así mismo, pensemos en la esterilización programada de nuestro perro o nuestro gato. Tengamos como amigo cercano a nuestro veterinario y otros dueños de mascotas.  Límites y amor, ejercitación, salud y atención; acuerdos de todos los miembros de la familia; serán el comienzo del éxito de la adopción de nuestra mascota.

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